Invertir en Alicante. Bienvenido a la Costa Blanca
Cuando se habla de invertir en Alicante, acto seguido pensamos en la compra de una casa o un apartamento en la costa mediterránea. La Costa Blanca es el nombre que recibe toda la zona bañada por el Mar Mediterráneo en la provincia de Alicante. Una zona geográfica formada por 244km de playas, calas y acantilados.
Entre las localidades más conocidas encontramos Benidorm, Denia, Jávea, Altea o Santa Pola.
Esta zona costera es una de las más visitadas por los extranjeros de toda España. Entre los que destacan, según las estadísticas de AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea):
- Reino Unido (4.500.000).
- Alemania (700.000).
- Países Bajos (370.000).
- Noruega (270.000).
El turismo es una de las actividades principales de la zona. Tan solo el Aeropuerto de Alicante – Elche recibió más 13.7 millones de pasajeros en 2017. Un 11% más que en 2016.
Pero toda esta región no vive solo de los turistas ocasionales en verano. La buena calidad de vida y el clima ha desarrollado un «turismo residencial». Esto es, colonias importantes de ingleses, alemanes y otros pueblos del norte de Europa en toda la costa, llegando a igualar o superar a la población autóctona en algunos municipios.
También se trata de una zona muy visitada por los propios españoles. Sobre todo por gente de Madrid y otros puntos del centro de la península como destino de segunda residencia para las vacaciones.
Invertir en Alicante: Santa Pola
Santa Pola es la población donde se encuentra situada nuestra nueva oportunidad de tipo fijo. Concretamente, el municipio está ubicado en la costa, en la comarca del Bajo Vinalopó.
Según el INE, en 2017, la ciudad contaba con 31.137 habitantes, alrededor de un 14% de la población es extranjera, principalmente del Reino Unido.
Los principales atractivos son sus restos históricos, su puerto, sus salinas, sus 13 kilómetros de costa y sus cinco playas dotadas de bandera azul.
La población se desarrolla en torno al puerto y al castillo y se encuentra limitada por dos parajes naturales dignos de mención. Por un lado, al oeste, el Parque Natural de las Salinas de Santa Pola, y al este, la Sierra y el Cabo de Santa Pola.
El Castillo se construyó en 1557 para la protección y defensa de los marineros frente a los ataques de los piratas y corsarios. Actualmente en su interior se encuentra el Museo del Mar, El Museo de la Pesca y la Sala Municipal de Exposiciones.
Mención especial merece el puerto cuya actividad data del siglo IV a. C., aunque con una ubicación distinta. Ha sido testigo de acontecimientos históricos de gran importancia como la visita de la Escuadra Real en la que viajaba Alfonso XII en 1877.
Pero Santa Pola puede presumir también de un patrimonio natural digno de admirar. Sobre todo, gracias al cabo de Santa Pola, uno de los escasos ejemplos de un arrecife fósil del litoral mediterráneo.
Tampoco se han de olvidar las Salinas de Santa Pola. Se trata de un humedal declarado de importancia internacional. Además, se encuentra protegido como Parque Natural, y declarado mediante una Directiva europea Zona de Especial Importancia para las Aves.
La estrella de este paraje es, sin duda, el flamenco, que llega a contar con 8.000 ejemplares durante la época de cría. Pero también son muy abundantes otro tipo de aves como: la avoceta, la cigüeñuela, el pato colorado, la gaviota, la focha o la polla de agua.
También cuanta con la presencia del fartet, pez endémico de la región mediterránea española.
¡Santa Pola tiene además de calidad para vivir también para invertir!